LA HISTORIA DE LA LUCIERNAGA AZUL de MARRIO DOMN
Érase una vez, una luciérnaga azul muy especial que un día chocó con una luciérnaga rosa, que era mucho mas brillante aún, la mas bella que jamás hubiera conocido, la vió a los ojos, la escuchó cantar y la luciérnaga azul de inmediato cayó enamorada de su luz, fue así que decidieron comenzar la difícil tarea de amarse.
Al principio todo fue perfecto, sonrisas, miel y toda la ilusión que gira al inicio del amor, pero un día a la mitad de un beso se dieron cuenta de que algunos habitantes del pantano, los miraban fijamente, les molestaba tanta luz.
Las luciérnagas, ciegas de amor, no veían la realidad, entre tantas voces la luciérnaga azul y la luciérnaga rosa dejaron de escucharse y empezaron a escuchar a los demás... fue así que el amor se convirtio en dolor.
Cada uno intentó seguir su camino y encontrar en otras criaturas un brillo semejante, la luciérnaga rosa se enamoró de nuevo, esta vez de un ave del sur.
Sin el brillo de su amada, la luciérnaga azul tenia el corazón a obscuras y en el silencio, le escribió miles de poemas y canciones.
El estanque entero recibió en su corazón estas canciones haciéndolas suyas, entonces la luciérnaga azul decidió cantar para todos, olvidandose de si mismo.
Un dia la luciérnaga azul despertó y mirandose al espejo se dió cuenta de que se había convertido en un dragón, como no estaba acostumbrado a sus nuevas alas, lastimó a dos princesas, una muy “linda” y otra, habitante y dueña del “castillo”.
El dragón descubrió que le era imposible olvidar su origen y que no podía dejar de amar a su luciérnaga rosa, la que en el pasado le cantaba mientras lo guiaba...así que tomó una decisión.
Cansado del dolor y de la soledad, el dragón se puso en manos del destino, volvió al pantano y se encontró en una fiesta pantanal a su amada luciérnaga rosa, la que le había despertado las mejores cosas de su vida, más que los viajes, más que las princesas, más que el más grande sentimiento que cualquier luciérnaga hubiera experimentado jamás.
Hipnotizados de amor, nostalgia y frustración decidieron probarse de nuevo, un beso bastó para romper el hechizo de dolor y para darse cuenta de que el amor seguia intacto, tal cual lo habian dejado.
El dragón sacó una foto del hermoso beso, para nunca olvidarse de donde venía, para recordar lo que alguna vez lo motivó a aterrizar y a dejar de ser esclavo de su libertad.
Pero como en algunas historias los finales no son felices, la foto del recuerdo se reflejó en el lago entero, y algunos habitantes del pantano, señalaron y persiguieron a la luciérnaga rosa por haberle causado sin querer dolor al ave del sur.
La luciérnaga rosa, se volvió colibrí y llena de tristeza empezó a pensar seriamente en irse para siempre del pantano, harta de la persecución de algunos, y el Dragón hoy se encuentra en Paraguay abriendo su corazón a ustedes para que conozcan su verdad.
Con Cariño.
Mario Domm.
DESDE PARAGUAY