Las Luciérnagas curiosas
llegan al atardecer,
se posan suavemente
sobre las rozas, laureles
los lirios y las azucenas.
Las iluminan y llenan de ternura
en cada rincón de la floresta,
es una fascinación
que despiertan con su luz a su paso.
Vibra el alma de las flores
y la naturaleza adquiere más belleza.
Respiran un aroma, una luz y una atmósfera
tan sutilmente delicada
como la maravillosa sonrisa
de una mujer enamorada.
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