Fiesta de Todos los Santos
La proclamación de la fiesta de Todos los Santos procede del papa Gregorio IV, quien en el año 835 dio instrucciones para ello en tiempos de Luis, el Piadoso. Si bien no hay una historia firme sobre el origen de la festividad del 1 de noviembre, se cree que el papa Gregorio IV escogió este día porque coincidía con una de las festividades de los pueblos germanos y durante estos años, el objetivo de la Iglesia era ir eliminando todas las celebraciones paganas.
Una de las dudas que surgen en un día como este es a quién se puede considerar santo. Quizás pueda creerse que santo es algo mucho más importante de lo que es, pero según la Iglesia católica, para ser santo solo hay que hacer una cosa: "participar de la santidad de Dios". En este sentido, PETER KREEFT, profesor de Filosofía centrado en filosofía católica, asegura que ser santo "no es gente rara ni excepcional". "Los santos son el modelo operativo estándar para los seres humanos", indica. De hecho, siendo más concretos, afirma que en el sentido bíblico de la palabra "todos los creyentes son santos".
Aunque fue Gregorio IV el que extendió esta festividad, fue incluso antes cuando se empezó a celebrar, a raíz de la Gran Persecución, como se conoce a la persecución de Diocleciano, una de las últimas persecuciones de cristianos en el Imperio romano. En esta fecha es común acudir a los cementerios para visitar las tumbas de los seres queridos que han fallecido.
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