Los bosques mágicos a veces
tienen miedo de ser visitados,
ya que siempre son tratados con
poca cortesía, pero SI aman a las luciérnagas porque en el frio de la
noche, ellas le brindan al bosque
luz y calor con sus lucecitas, en cierta
ocasión dos enamorados se perdieron en uno de los bosques mágicos y al llegar la noche, una luciérnaga les regaló calor , y acercándose a ellos los iluminó, y los ayudó a que encontraran el camino de salida, y así los enamorados pudieron salir del bosque.
Ellos reaccionaron muy humanamente agradecidos, y con mucha ternura y amor hacia la pequeñita luciérnaga que los salvo.