PARA TI
MI PEQUEÑA LUCIERNAGA
Estaba yo acostado al otro extremo
de la cama, la miré; en sus pupilas
habitaban dos luciérnagas que cuando me miraba prendían y apagaban
sus luces tan rápido o tan lento como parpadeara. Ahí estaba ella, con
su melena negra y su piel canela. Ahí estaba ella, acercándose poco a poco
y sonriendo como sonríen las carcajadas. Ahí estaba ella, tan pequeña,
tan pura, tan serena. Entonces se fue, se invisibilizó
Amar es un despertar.
Amar es un despertar de luciérnagas.
Amar es un liberar. No es un "amarre", como dicen muchos.
"Ama a quien te haga sentir libre", leí un día por ahí alguna vez.
Amar "debería" ser eso, pero es porque amar es eso... es ser libre.
Amar es sentir... sentir lo poco, lo mucho. Amar, así como vivir,
es sentir.
Sentirlo todo.
Se pierden las imágenes, los colores los que
deberían consentir palabras no emociones.
Sobre la pequeñita luz del pedazo
de tierra extirpado y helado,
yace la semilla de la destrucción.
Cada hoja y cada vid, no son nuestras.
Cuando cae el manto oscuro,
y brilla la unica lucecita, ¿hasta cuando podra iluminar? si solo es una pequeñita luciernaga.