miércoles, 1 de febrero de 2017

LO IMPORTANTE..


LO IMPORTANTE NO ES CORRER...,
SINO LLEGAR A DONDE HAY QUE LLEGAR
Y SABER ESTAR DONDE
 HAY QUE ESTAR.


DARIO LOSTADO

lunes, 30 de enero de 2017

LUCIERNAGA NO QUERIA VOLAR.

 Hace muchos, muchísimos años, un bosque de Tailandia se iluminaba cada noche gracias a la luz de las luciérnagas. Los animalitos formaban un enorme grupo que vivía en comunidad dentro de los agujeros que había en la corteza de un árbol milenario.
Cuando desaparecía el cálido sol de verano y un manto oscuro lo cubría todo, las luciérnagas, muy juntitas, salían a bailar. Sus cuerpos titilaban como pequeñas estrellas resplandecientes. Cientos de lucecitas iluminaban la noche, creando un espectáculo visual que emocionaba al resto de los animales.

Todas las luciérnagas disfrutaban de ese ritual nocturno excepto una, que nunca quería salir a volar con las demás. Nadie entendía qué le sucedía. Al contrario que sus orgullosas compañeras, ella prefería permanecer oculta en su escondrijo del árbol.
Un día, su abuelita, una de las luciérnagas con más experiencia en el arte de la danza nocturna,  se quedó hablando con ella.
– Querida nieta – le susurró cariñosamente – ¿Qué te sucede? Nunca quieres salir a volar con nosotras y no sabemos cuál es la razón. Es muy divertido y nos da mucha pena que seas la única que no participe en este maravilloso juego.
– Me da mucha vergüenza, abuelita. Cuando veo la increíble luna iluminando la noche con su brillante luz, me siento insignificante. Jamás podré compararme con ella – contestó lloriqueando la pequeña luciérnaga.
– Eso no es del todo cierto, querida nieta – quiso consolarla su abuela – La luna no siempre ilumina igual las noches del bosque.
La pequeña luciérnaga puso cara de extrañeza y no supo qué pensar.
– No te entiendo, abuelita… ¿Qué quieres decir?
– La luna no brilla siempre igual, chiquilla. Cuando está llena, su luz lo invade todo y aclara la noche. Pero cuando está creciendo o menguando, su brillo es mucho menor. Hay días que la luna es tan diminuta, que, si no fuera por nosotras, el bosque parecería un oscuro túnel. Esos días, nuestro trabajo cobra mayor importancia porque tenemos la responsabilidad no sólo de embellecer el mundo en sombras, sino de servir de guías a todos los animales para que puedan orientarse en la oscuridad.
¡Qué bien se sintió la pequeña luciérnaga tras la explicación de su abuela! Ahora entendía que aunque era chiquitita, su misión era muy importante para la vida del bosque.  A partir de ese día, salió puntual y rebosante de felicidad a compartir el mágico baile de luz con sus compañeras.
ADAPTACION: La luciérnaga que no quería volar.
(

PEQUEÑA LUCIERNAGA


"HABÍA UNA PEQUEÑA LUCIÉRNAGA
A LA QUE LE GUSTABA VOLAR
CADA NOCHE...
PARA IR ESPARCIENDO
SU LUZ,
POR LOS PEQUEÑOS CLAROS DEL BOSQUE
DONDE ELLA VIVÍA."


LA ILUMINACION

DECIR PALABRAS AFECTUOSAS NO CUESTA NADA.
LA FORMA DE HABLAR Y DE ESCUCHAR
PUEDE PROPORCIONAR A LOS DEMÁS,
 ALEGRÍA,
FELICIDAD, SEGURIDAD EN SI MISMOS,
ESPERANZA,
CONFIANZA EN LOS DEMÁS
Y LA ILUMINACION.

miércoles, 25 de enero de 2017

LUCIERNAGAS ....


TENGO EN MI  CORAZON  UNA BOLA DE CRISTAL LLENA DE LUCIERNAGAS.
Durante el año, suelo sacarla cuando el peso del mundo oprime mi alma, las observo y las noticias de la injusticia, malos tratos, guerras y hambre, se esfuman de mi mente y mi mundo se transforma por encanto.
  El peso de la sinrazón humana, que viaja en el tren de la intolerancia, con los ojos cerrados al sufrimiento ajeno, mirando el centro de su egocentrismo, desaparece al contemplarlas, dando paso al mundo de mis sueños, donde cada una de mis luciérnagas que encarnan un alma humana, no sufren los males de la humanidad.


  La vida que me presenta cada alma, vive en un mundo de felicidad perpetua, no hay cárceles en este mundo tan especial carente de delitos, jamás un niño fue maltratado o sometidos a vejaciones o abusos, en donde cada una de mis luciérnagas, carecen de hambre o enfermedad y el fantasma de la guerra definitiva y la muerte, desapareció para siempre.

  Hoy con la cercanía de la Navidad, saqué de nuevo mi bola de cristal y pude sentirme realmente feliz, al contemplar de nuevo mis luciérnagas y poder soñar despierto, en la mas maravillosa fantasía de mi vida.