¿¡Has escuchado alguna vez a las luciérnagas? ¿ Sabías que, en Sierra Leone, en un pueblo muy pequeño llamado Perie Bo, rodeado de una belleza natural incomparable, las luciérnagas desprenden una luz mágica encantadora ? Donde sea que estés, si alguna vez ves luciérnagas, pregúntales por Perie Bo. ¡ Ellas te contaran su secreto !
Entre cocos, plátanos, piñas, guayabas y tantas otras frutas y verduras propias de climas tropicales, las luciérnagas alzaban su vuelo, cargadas de esa luz extraordinaria que las caracteriza.
Cuando llegué a Perie Bo, después de un agotador trayecto, lo primero que hice fue dejar la mochila y sentarme a descansar en la primera silla que encontré. Mientras reposaba, de forma casi inconsciente, levante la vista. Seria más o menos al atardecer, cuando los pequeños rayos del último sol, y ya a finales de la estación lluviosa, cubrían con su manto dorado la plenitud de la selva. No me dio tiempo a terminar el siguiente suspiro.
De repente, decenas y decenas de luciérnagas empezaban a dejarse entrever. Nunca antes había presenciado semejante espectáculo. ¿ y tu? ¿ alguna vez has estado tan cerca de ellas?
Sin abrir la boca, y sin llegar a parpadear, observaba con atención su plácido vuelo. La incandescencia de su luz dibujaba un trayecto perfecto, claro, preciso.
A lo alto y ancho de la selva, las palmeras, los cocoteros, los plataneros….dibujaban fascinantes sonrisas. En ese momento e instante me sentía afortunado de poder formar parte de esa maravilla natural, de estar presente en el preciso momento de su vuelo.
Al caer la noche, algunas de las luciérnagas más jóvenes se acercaron hacia mi un tanto preocupadas. Aunque vivían en un espacio repleto de energía donde cargar su luz, parecía que otros seres intentaban quitarles sus medios básicos para seguir cargando su luz mágica.
« Por la noche nos cuesta dormir, nos caen gotas del tejado cuando llueve », « tenemos miedo, nuestros hermanos y hermanas dentro de la barriga de mamá, no sabemos si nacerán bien o no », « dicen que vivimos en un lugar con muchas riquezas, pero unos hombres vienen a quitárnoslas y nos dejan sin nuestra energía »…escuchaba éstas y otras frases con infinita tristeza y preocupación.
No pude contener seria inquietud por lo que me contaron. Sobretodo, después de la bienvenida que me dieron. Sobretodo, después de presenciar como todas las luciérnagas de Perie Bo se concentraron en el la sala de recepción, para, con lo pude contener seria inquietud por lo que me contaron. Sobretodo, después de la bienvenida que me dieron. Sobretodo, después de presenciar como todas las luciérnagas de Perie Bo se concentraron en el la sala de recepción, para, con los brazos abiertos y el corazón predispuesto, iluminar con amabilidad, con alegría, con júbilo, la visita del viajero.