POEMA.
BELLAS Y DIMINUTAS LUCIERNAGAS   MIAS
En esta noche
en la que debieras 
estar en mis brazos,
la soledad ha vencido 
a los almendros.
Sin embargo las estrellas
 reclaman su maternidad
sobre estas diminutas
y bellas...
y bellas...
 luciérnagas mías,
porque viva es esta presencia 
de luz tuya
que brota de la grama,
y que, sin saberlo,
se hace plegaria,
materia clara,
presencia de hadas en medio del vacío,
haciendo de tus ojos como un istmo
entre el todo y la nada.
TE SALUDA LUCIERNAGA.




